El disco de la semana: Suburban Metronome – Underwater Tea Party


– El Tesorero –

¿Quién es ese tío?

Pequeña lección de música: El tempo podría definirse como la velocidad o el ritmo de una canción, el tiempo entre golpe rítmico y golpe rítmico medido en bpm, o beats per minute, y suele ser medido o apoyado por el metrónomo, ése extraño aparato con péndulo que aparece siempre encima de los pianos casi más como un adorno que como una utilidad (aunque ésta es de sobrada eficacia). Aunque es un instrumento de sobra conocido por todo tipo de intérpretes y compositores, su imagen se relaciona más con la música clásica o de cámara. Dicho esto, el título Suburban Metronome, textualmente Metrónomo Suburbano, nos plantea un juego de palabras inusual, como una contradicción o una paradoja; este tono de surrealismo lírico está presente en toda la obra, el elepé de debut de Underwater Tea Party. ¿Underwater qué? Pues sí, el nombre del grupo es también digno de estudio.

Por supuesto, La Fiesta del Té Submarina hace referencia a la obra de Lewis Carrol Alicia en el País de las Maravillas, en concreto al capítulo donde la Liebre y el Sombrerero Loco celebran el no-cumpleaños de Alicia con una fiesta del té. Lo de submarina es nuevamente otra vuelta de tuerca absurda a la expresión. Y es que a estos chicos les gusta mucho la metáfora, el doble sentido, el surrealismo… hecho que queda palpado en sus letras (en inglés) y que hace casi imposible pillarle el sentido a sus temas.

Como decía, Suburban Metronome (Junk Records, 2006) es el disco de debut del quintero madrileño Underwater Tea Party; y sí, son madrileños pero por motivos en los que no entraremos (que si he vivido en Londres, que si me expreso mejor en inglés, que si es un mero arreglo estilístico…) cantan en inglés (excepto un tema interpretado en francés). Pero no os tomeis esto como una crítica por mi parte, odio el rollo anglosajón que pretenden marcarse algunos artistas nacionales en pos de un mayor éxito y un mayor número de ventas, pero pienso que éste no es el caso de UTP, que suenan convincentes y genuinos y parecen moverse como pez en el agua en la lengua inglesa. La formación nace a partir del núcleo constituido por Martí Perarnau, Mikel Alberdi y Javier Cantudo, que ya grabaron en Junk bajo el nombre de Sixty-Nine Million Inches, a los que luego se unirían las chicas, Clara Martínez e Irene Bonilla.

¿Qué coño he hecho con mi sujetador?

No voy a entrar en la extensa lista de trofeos y galones que poseen los UTP, nada más que para resaltar la casi mágica relación que parece unirles a Extremadura; primeramente, es precisamente en el Navalpop del 95 donde conocen a Fino Oyonarte, que también andaba por allí con Clovis, y que les propone producirles el disco, incluso mucho antes de contar con un sello. En el 96 quedarían finalistas del concurso de maquetas del Contempopránea (sólo superados por Standard) y acudirían a la edición de ese mismo año del festival de Alburquerque como grupo de pleno derecho (nada de tocar en la fiesta de presentación) en lo que ellos reconocen como su “primera gran experiencia festivalera”. Es en el escenario del Castillo de Luna donde parecen ganarse definitivamente el respeto y el cariño de un público que apenas los conocía pero que quedaron sorprendidos ante su puesta en escena; esa noche, el stand del mercadillo que vendía su merchandising estaría a rebosar.

Yo ya los había escuchado de antes; precisamente a raíz del bombardeo mediático al que nos sometió Agustín Fuentes en La Merienda de Radio Canal Extremadura, nos lanzamos a buscar en internet las canciones de estos chicos de los que no sabíamos ni su nombre (¿underwater tee party?); no encontramos mucho material, pero sí el suficiente (y suficientemente bueno) como para que nos quedásemos a ver su actuación mientras otros preferían hacer botellón fuera del recinto. No nos defraudaron, coreamos las canciones que nos sabíamos y lo demás vino sólo: compra del disco, de la camiseta y abordaje indiscriminado a Clara para que me firmase el libreto y hacerme una foto con ella. El resto es una típica historia de amor platónico e idealizado XD.

Long Island Ice Tea

¿Por qué el techo gira sobre mi cabeza?

Pero ya entrando en materia, el disco sorprende desde la primera escucha por su acabado limpio y profesional; en él las voces de Clara como la de Martí (los co-vocalistas) suenan limpias y depuradas sin un rastro de los pequeños defectos y titubeos que sí salieron a la luz por la pésima acústica del Contempopránea del 96. El estudio les sienta muy bien a UTP, donde pueden supervisar y revisar el cuidadísimo sonido de los instrumentos y los deliciosos juegos vocales de Clara y Martí. También hay sitio para algo de electrónica, sintetizadores y esas cosas, pero sin excesos, que le confiere un cierto aire mágico, muy embriagador, al sonido de sus canciones. Mención especial merece la presencia de los teclados, que lejos de permanecer en un segundo plano, cobran serio protagonismo en temas como “Long Island Ice Tea”. En general, y sin citar influencias ya citadas hasta la extenuación, se trata de un disco de pop anglo-franco-hispano dulce y encantador, con temas muy heterogéneos que cabalgan entre varios estilos, aunque con una tónica común de un sonido que parece atemporal por cuanto no parece encajar en ninguna corriente o influencia musical (ya digo que lo de las mencionadas influencias es para mí como para descojonarse) de las últimas décadas.

Pasando a las canciones, las hay de todos los palos. “Cityscapes & UFOs” es una buena canción introductoria, corta pero concisa, sin muchas estridencias pues ello lo contrario hubiese supuesto un comienzo erróneo para el disco; no es de mis favoritas. “Ampelmann” es, sin embargo, más rápida de tempo, más alegre aunque no muy pegadiza por la falta de un estribillo claro; el tema habla de la ciudad de Berlín, desde el punto de vista del ampelmann, que no es otra cosa que el muñequito clásico de los semáforos de la capital germana, los primeros de la historia; y es cierto que, estando allí, me di cuenta de la obsesión que tienen los berlineses por estos muñequitos, hasta el punto de que se han convertido en todo un símbolo de la ciudad junto con el oso, y han sabido sacarle provecho (como todo lo que hacen los alemanes) a su imagen con todo tipo de merchandising, desde las típicas camisetas hasta productos de cocina. Es una canción que me trae buenos recuerdos de aquellos días pasados allí, y que refleja muy bien el ambiente alegre y simpático de Berlín en contraste con el resto de Alemania.

Ampelmann

El tercer corte es uno de los platos fuertes del disco; “Long Island Ice Tea” es un tema alegre muy cercano al chiclepop de La Casa Azul o Niza (guardando las distancias) pero en clave sixty anglosajón; nuevamente Clara y Martí nos hablan, en este caso de noches que se desmadran, de resacas y de arrepentimientos al día siguiente, dando saltos de una escena a otra como si de una película se tratara; la imagen en mi cabeza de Clara recién levantada y sin sujetador (pues no sabe donde lo ha puesto) hace que esta canción sea sin duda mi favorita de todo el disco XD. Más tranquila y melancólica es “The Last Goodbye”, un tema que me recordó desde el primer momento a aquellos temas de Julie Cruise que se incluyeron en la banda sonora de Twin Peaks, con la voz de Clara casi susurrando entre efectos de sensasión de somnolencia. La canción habla, por lo que he podido entender, del tema de la ruptura sentimental, jugando también con la idea de la muerte.

The Last Goodbye

Tras la instrumental “Wildtracks Build Bricks” podemos escuchar el tema en francés “Tempete de l’été” (Tormenta de verano), que francamente, no sé de qué habla, aunque sí puedo deciros que es de un estilo muy cercano a aquellas canciones que presentaba Francia a Eurovisión allá por los años 60 (antes de que les diese por la canción protesta). Tras esto, llega el corte 7, la gran carta de presentación de UTP, el que fuera su primer single y además primer videoclip; “The untold story about Mary & Nick” es un medio tempo que lejos de plantear la típica balada, nos presenta una melodía fresca y reposada llena de dulzura pero también tintada de melancolía; nuevamente Clara desentrama la historia mientras Martí se centra en un estribillo que no es tal pues no sobresale del resto de la pieza. En resumen un tema que se escucha muy bien pues, aunque no cae en vueltas de tuerca y huye de complejidades, es bastante completa y cuidada artísticamente.

A continuación nos encontramos con unos UTP más políticos, o mejor dicho, más comprometidos con la causa social, pues en “Void” se trata el tema de la pena de muerte en una canción que retoma la estela de “The last goodbye” en cuanto se refiere a hacer una música suave, lenta y embriagadora, con una Clara de voz dulce y susurrante. Con un pelín más de fuerza (pero no mucho más) y con más presencia de guitarra y batería, comienza “Silent Moans”, una canción que a medida que la escuchas parece recordarte a alguien, y no sabes a quién; en mi caso se trataba de The Cranberries, que por estilo y ejecución podrían haber firmado esta canción perfectamente. Finalmente, “Holophonor” es canción inspirada por la serie Futurama, donde en uno de sus capítulos Fry toca una especie de instrumento dificilísimo de tocar, parecido al oboe y que crea imágenes holográficas a la par que sonido; para los muy cafeteros, diré que esto a su vez está inspirado en un instrumento que Isaac Asimov describe en su obra “Fundación e Imperio”.

Silent Moans

Nunca, nunca, nunca otra vez.

Pues esto es lo que da de sí el Suburban Metronome de UTP, un disco que va ganando con cada escucha, con unas melodías agradables, dulces y divertidas, y con unas letras que invitan a ser escuchadas, traducidas y comprendidas. Un elepé que resulta trabajadísimo y cuidadísimo para ser una obra de debut, y que pone el listón muy alto para el segundo trabajo, que al parecer tienen previsto para ya principios del 2008. Mientras tanto, veremos si podemos pillar por ahí al grupo en alguna actuación; y es que estos chicos son muy listos y saben hacerse de rogar.

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10 comentarios en “El disco de la semana: Suburban Metronome – Underwater Tea Party

  1. Long island ice tea y the last goodbye son los temas que más me han gustado…y el vídeo es super chulo!! no los conocía pero por lo que he leído, visto y escuchado prometen!!!

  2. Ya te digo, a mí el disco me soprendió por lo profesionales que suenan, como si llevasen años tocando. De todos modos, me dan la sensación de haber desaparecido, no he oído mucho de ellos, supongo que estuvieron promocionando el disco y ahora estarán encerrados grabando el nuevo.

    Te recomiendo que oigas el disco enterito, no tienen canciones que chirrien.

  3. Pingback: IV Vértigo Estival (Martos, 2 de agosto) « El Gallo Verde

  4. alo!
    me gusta mucho ese grupo, de hecho tiene hasta un link en mi blog
    sin embargo, por mas que trato, derepente se me escapa una que otra frase al escuchar sus canciones..
    tienes, de casualidad, la letra de long islans ice tea?

  5. Busca en musicoscopio, sino está allí no está en ningún lado. De todos modos están incluídas las letras en el libreto del disco, así que sólo en el muy hipotético caso de que no tengas el cedé original, puedes buscar las carátulas y demás a ver si también viene el libreto. Yo, por supuesto, sí que tengo el cedé original, comprado en el mismo stand de Junk y firmado por los miembros de la banda.

    Que por cierto, dentro de nada saldrá thesmallgroupie diciendo que son geniales y que estarán en la próxima edición del Vértigo Estival en Martos, Sevilla. Y si no, al tiempo.

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