Concierto de puro rock en el que la banda de Guadalajara presentó su tercer trabajo Humanimal reafirmando su estilo sobre el escenario.
Cuando se habla de rock, a la gente se le llena la boca con nombres de bandas míticas ya extintas o de grupos nacionales que hace mucho que dejaron de vivirlo en su más pura versión, el de la sala y la carretera. El concepto de rock star ha hecho mucho daño, y el género se ha asociado con los tópicos de estadios repletos, hoteles destrozados y kilómetros de cocaína en los camerinos. Por eso, tendemos a despreciar a las bandas que no cumplen con estos “requisitos” y nos compadecemos de ellos porque son un quiere-y-no-puede, cuando lo realmente triste es ver a artistas como la copa de un pino contando su vida supermolona en 40TV y poniéndose hasta el ojal en el backstage del Rock in Rio para sentirse más auténticos.
Yo no pretendo dar una lección acerca del rock porque no soy en absoluto un experto (eso, como decimos en nuestro about, se lo dejamos a otros), pero sí me considero un melómano que disfruta a tope con la música en directo especialmente en su versión más reducida, la de la sala o el pequeño festival, donde te puedes empapar de la pasión que el propio artista exhala. Y cuando hablo de pasión no me refiero sólo a actitud y fuerza sobre el escenario, que eso se presupone por profesionalidad, sino a la vocación y al esfuerzo del artista por hacer su trabajo a pesar de las posibles inclemencias (un viaje en furgo de 4 horas, una sala a medio llenar…) y seguir con la convicción absoluta de que ésa es su vida y para eso es para lo que ha nacido.
Decían Eva y Jave que si decidieran volverse a Londres, su banda al final acabaría marchando con ellos, pues no podrían aguantar mucho tiempo sin el escenario. Ésa es la verdadera droga que corre por las venas del rock star, lo que hace a un artista ser auténtico y genuino. Quizás es casualidad o quizás es ignorancia (la mía), pero es curioso ver que grandes bandas se acaban separando cuando están en la cúspide y lo tienen todo a su favor, porque pierden el rumbo y la perspectiva de lo realmente importante: la pasión por la música.
Todo esto viene a explicar porqué Idealipsticks es una de las mejores bandas de rock que ha pasado por la Sala Aftasí; quizás Dover también ofrecieron un concierto sensacional hace unas semanas, decididos a disfrutar de aquello que les hizo triunfar antes de que cayeran presa de sus propios miedos y excentricidades. La diferencia radica en que Idealipsticks, al no haber alcanzado el éxito de las hermanas Llanos, no han perdido en ningún momento el empeño de poder ganarse la vida con aquello por lo que sienten pasión. Y eso les hace honestos y sinceros con el público, con el género y con ellos mismos.
Por eso, cuando abrazan el rock sin complejos, prejuicios ni imposturas, no tienen problemas por cosas como introducir castañuelas en el repertorio, por mostrarse educados con el público, por reconocer que ellos son de Guadalajara, no de Vallecas/Getxo/El Raval. Con respecto a sus anteriores giras, han ganado en tablas y han perdido en aspavientos, y siguen eso sí mostrándose muy sensuales (él acaricia la guitarra como si fuera ella, ella susurra al micro como si fuese él), aunque como dice Jave, todo el rock es sensual y su actitud no debería servir de etiqueta para definirlos.
Decía en la crónica de su anterior paso por Badajoz que la gente había acudido al concierto más por curiosidad que por otra cosa, pero que el público había acabado rendido y que esa noche se habían ganado un buen puñado de incondicionales. No me equivoqué, porque aunque la sala de nuevo se presentaba a medio aforo, esta vez el público estaba entregado desde el principio, bailando y coreando tanto los temas de sus anteriores trabajos («Love destroys all», «Legs», «Losers & Lovers»…) como los del recién estrenado Humanimal («The way things go», «Ghostgun», «Very very»…) que, todo sea dicho, es un disco que aúna lo mejor de la banda cocinado con los ingredientes y el tiempo justos como para parir un trabajo redondo. Porque, aunque a estos niveles del underground el álbum pueda servir más de tarjeta de presentación para promocionar una gira, se nota que con Humanimal han querido trascender el tiempo con una obra que perdure a lo largo de los años.
Tal como vinieron de Madrid, se volvieron para coger un avión rumbo a Mallorca; no sin antes haberse entregado al máximo y haber disfrutado a tope con sus ya incondicionales seguidores de Badajoz. Pero ellos son rock, y el rock es eso: carretera, sala de conciertos y muchas toneladas de pasión.