Las emociones y la lógica de la mente humana no suelen ser fáciles de conciliar, por eso todos construimos complicadas estructuras mentales que nos ayudan a sobrellevar aquellos sentimientos que son demasiado complicados, caóticos o contradictorios para nuestra frío y ordenado cerebro.
La semana pasada una higienista dental de Valladolid convencía a su novio para secuestrar, y matar (sin conseguirlo), a la esposa y la hija del famoso locutor deportivo Paco González, armados con pistolas simuladas, grilletes, cuchillos y, aquí viene cuando la realidad supera a todas las ficciones posibles, almohadones con la cara del periodista.
Aunque este es el último capítulo, por ahora, de una obsesión que viene de largo en la que se pasa de sana admiración a un completo delirio que ya ha glosado con todo tipo de truculentos detalles la prensa. Esta historia es un ejemplo más de las intrincadas justificaciones y racionalizaciones que elabora nuestro cerebro cuando lo que sentimos desborda todas las barreras de la cordura. Aunque la mayoría no lo llevamos a estos extremos, en lo más profundo de nuestro ser todos guardamos algún recuerdo de esos delirios de amor que hemos experimentado.
Esta chica está en prisión acompañada de una presa sombra, para que no haga nada peligroso para su propia vida. Ni sus padres ni sus más allegados sabe qué le podría estar pasando por la cabeza, pero seguro que tenía una banda sonora parecida a esta canción de Las Escarlatinas cuya letra dice así:
“Todos los días escapo del trabajo
tan deprisa solo para verte
ver tu sonrisa en el telediario
oírte hablar de nuevos campeonatosHáblame de la pole de Alonso
su nueva crono
Nadal y sus golpes, su último premio
el último fichajeSonríes y yo te aplaudo
sonríes, y yo te amo.Me he apuntado a varios cursos
vela y esgrima
motociclismo y polo
mejoro mi swing y mi brazada
quiero sorprenderte
quiero enamorarteHáblame de la pole de Alonso
su nueva crono
Nadal y sus golpes, su último premio
el último fichajeSonríes y yo te aplaudo
sonríes, y yo te amo.”