Sonorama Ribera 2014, Miércoles 13


El que un miércoles de Agosto se den cita 6.000 personas en la “fiesta de bienvenida” de un festival de interior, y que el plato fuerte de la noche sea el grupo tótem del indie en español de los últimos 20 años  con uno de los únicos 4 conciertos que darán en 2014, deja muy a las claras lo bien que se están haciendo las cosas por Aranda de Duero en los últimos años. Tanto es así que, una edición más, se volvieron a desbordar las expectativas y la prensa habla de una asistencia total de más de 45.000 sonoritos durante los 4 días de festival.

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Pero todo había empezado mucho antes. Por Reyes cayeron los primeros abonos como el mejor regalo de navidad que puede existir y luego, poco a poco, los demás se fueron apuntando al calor de los vídeos en facebook y las conversaciones de terraza. Que si  tú y tú tenéis que dormir juntos, que si ya verás cómo te las apañas pero te tienes que pedir el jueves en el curro y cuando quisimos darnos cuenta ya íbamos camino de Aranda con el depósito lleno de ilusión y ganas de pasarlo bien.

Pero aunque Second digan que “La distancia no es velocidad por tiempo”  a nosotros las 6 horas de viaje no nos las iba a quitar nadie, así que con los sones guitarreros de Los hermanos Cubero de fondo  montamos el campamento base mientras la APP del festival (todo un acierto) nos recordaba que esa noche los puestos de comida no estarían operativos por lo que los compañeros de clase de Los Planetas, Automatics, se convirtieron como por arte de magia en un matrimonio asiático que regentaba un Wok en un polígono industrial… las cosas que pasan en Sonorama, y acabábamos de empezar. Según nos contaron Automatics han vuelto en plena forma y su contundente repertorio, con José Lozano a la cabeza, resultó la mecha perfecta para encender la traca que poco después harían explotar J, Floren y compañía.

Los Planetas aparecieron en el escenario Ribera del Duero, único operativo esa noche, con algo de retraso pero bien pertrechados contra el frío y, como ya viene siendo costumbre, planearon su concierto como una huida hacia atrás desde sus últimos trabajos, más densos,  a las primeras composiciones, esas que los llevaron al Olimpo del indie. Así, en esos primeros 45 minutos de pop/mantra aflamencado, los hubo que declamaban al ritmo que marcaba J y los hubo que se contaban las peripecias del viaje a la espera de momentos más conocidos.

A tope de distorsión y con la voz de J donde siempre fueron sonando “Alegrías del incendio”, “Ya no me asomo a la reja”, “Entre las flores del campo”, “Si me diste la espalda”… “Nunca me entero de nada” que sirvió de cambio de tercio hacia Los Planetas de los 90, Los Planetas de “Un buen día”, “Qué puedo hacer”, «Segundo premio«, “Pesadilla en el parque de atracciones”, «Corrientes circulares en el tiempo«,  “Toxicosmos”  o “La Copa de Europa”.

Y así fue, uno de los mejores platos del menú, lechazo de categoría, servido en el buffet como una delicatesen que nos preparaba para todo lo que vendría en los días siguientes. Y es que Planetas y Sonorama representan la evolución, el riesgo y el respeto por lo bien hecho. Representan haber transgredido la música siendo básicamente música. Siendo mucho más que música.

 

 

 

 

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