Sonorama Ribera 2014, Sábado 16


La última jornada de Sonorama se presentaba ilusionante. Con el monedero mejor de lo que esperábamos y los cuerpos tullidos pero acostumbrados ya a las inclemencias festivaleras nos acercamos esta vez al centro para arrasar con un desayuno doble de croissant francés y café con leche en una heladería al principio de la calle Isilla donde los baños están bastante limpios y se pueden recargar los móviles.

 

Subiendo hacia la heladería pasamos por el escenario de la Plaza del Trigo mientras Ricardo Vicente (Tachenko, La Costa Brava y músico de Francisco Nixon) desglosaba «¿Qué haces tan lejos de casa?» para unos pocos afortunados madrugadores que en ese momento escuchaban El milagro de Milán. Uno de los tapados de Sonorama que sonaba bien bonito.

Ya de vuelta y con el croissant todavía bajando nos topamos con una plaza hasta la bandera disfrutando de «Los años muertos» de Maryland. La formación viguesa que desarrolla un power pop con un alto poder emotivo que no ha perdido un ápice de intensidad con su paso al castellano y que venía como anillo al dedo para que los padres se acercaran con sus hijos a disfrutar de los conciertos de la plaza. Como muestra, La Caleta del Sol.

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Y aquí llegó el momento chungo de la tarde cuando los Sexy Zebras entraron a toda tralla en la plaza y a nosotros se nos hizo demasiado cuesta arriba, hasta el punto que nos fuimos a buscar una sombra donde gastar el fondo de provisiones en martinis, cervezas, tortillas, morcillas y demás ricuras varias de Aranda. Y ahí estuvo nuestro fallo, porque seguidamente Second dieron uno de esos conciertos sorpresa (cada vez menos sorpresa) del que después se habla todo el año y del que nos acordaremos toda la vida. NUNCA, nunca más nos volveremos a ir de La Plaza antes de tiempo. Dicho queda, pero que rico estaba todo. (Además a Second y a Sexy Zebras los veremos en un mes en el Alhambra Sound).

Ya en plena tarde y tras un buen rato esperando el bus en el que hicimos nuevos amigos (Aranda es así) entramos en el camping con los primeros compases del concierto del barcelonés Carlos Cros y no pudimos «resistirnos al amor», así que lo acompañamos con unos cachis durante su actuación. Y luego corre que te corre para llegar a los conciertos de noche!

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Nacho Vegas

El de Gijón fue la columna principal sobre la que se cimentaron los conciertos del resto de la noche. Nacho centró el grueso de su actuación en representar su último disco «Resituación» (Polvorado, Adolfo Suicide, La Vida Manca, Actores Poco Memorables) y salpicarlo con éxitos de ayer y hoy como El Hombre Que Casi Conoció a Michi Panero. Un concierto con un marcado cariz político/social de un artista que no hace más concesiones a la galería que las que le apetecen en cada momento. Porque, seamos sinceros, Nacho Vegas solo hay uno y o te hunde la noche o te alegra el día.

Tachenko

Acto seguido la banda de Sergio Vinadé y Sebas Puente se desmarcó de la profundidad de Vegas para ofrecer un concierto alegre y  dinámico apoyado por proyecciones que acompañaban a cada canción de forma que el todo conformado se materializó en un concierto alegre y desenfrenado pero siempre con la solidez y seguridad que dan las tablas de estos zaragozanos. Con temas como Rayos y Centellas, Escapatoria, Hacia el Huracán o Amable se produjeron momentos mágicos de conexión con el público, con un Vinadé en plena forma dirigiendo a las masas sin más aspavientos que los estrictamente necesarios. Para el recuerdo quedará la revisión del clásico de Teenage Fanclub Vaya diamante. Así, en un concierto rápido pero completo el grupo dio una clase de solvencia y simpatía demostrando que apostar por Tachenko siempre es apostar sobre seguro.

Duncan Dhu

Bajón, subidón y ahora bajón otra vez ya que la actuación de Duncan sin Dhu, ya que Diego Vasallo volvió a resentirse de sus problemas de espalda, dejó a un Mikel Erentxun  en horas bajas al frente de una banda de pseudocountry que no supo poner en valor la importancia del grupo vasco dentro de la historia de la música pop de nuestro país. Por salvar algo diremos que himnos como Cien Gaviotas, Una Calle de París o Jardín de Rosas se convirtieron en macrokaraokes para una generación ávida de recuerdos adolescentes y todavía confusa por la segunda aparición de Nacho Vegas en el escenario  para acompañar a Erentxun en Entre Salitre y Sudor. Muy loable la labor de la organización de rescatar a los clásicos del casete pero hay veces que las cintas ya no dan para más.

Grises

Y con estos llegaría el subidón total hasta el fin de fiesta. Grises puso el instinto “Animal” (2014) sobre el escenario Castilla y León es Vida de la mano de propuestas enérgicas y arrolladoras como Parfait, Wendy, El Hombre Bolígrafo o la propia Animal con las que se metieron al público en el bolsillo. Vale que no tienen las mejores voces y que sus letras pueden ser mejorables pero les sobra convicción y desprenden actitud y valentía, lo que les convirtió sin duda alguna en la sorpresa positiva de la noche. Y es que su concierto tuvo todos los colores menos el gris.

Cut Copy  (aka Cupcake)

El pop electrónico de estos australianos, supuestamente cabezas de cartel, no fue suficiente para continuar la algarabía formada por Grises pero mantuvieron el ambiente alegre y marchoso  con la presentación de “Free Your Mind” (2013) y con la mejor puesta en escena del festival a base de unas luces y proyecciones muy cuidadas. Dan Whitford, líder de una banda bastante sobrevalorada para algunos (no para nosotros), dirigió con batuta firme un recital que se alargó sobremanera en el tiempo y en el que brillaron con luz propia composiciones como Need you know, Let me show you love o We Are Explorers sin olvidar otros clásicos contemporáneos como Lights And Music y Hearts On Fire de su mejor entrega, In Ghost Colour (2008). A estas alturas ya sólo quedábamos dos valientes con ganas de fiesta.

Exsonvaldes

Y de la electrónica al pop amable de los franceses Exsonvaldes, que como sigan con este ritmo de visitas van a tener que pedir la doble nacionalidad. Y es que la propuesta del quinteto liderado por Simon Beaudoux parece haber caído en gracia en suelo patrio debido más que nada al buen hacer de la banda y al brillo singular de alguna de sus composiciones como Days o Seahorses.  Acabaron de ganarse al público con su interpretación del clásico Enamorado de la moda juvenil de Radio Futura para dejar claro que aunque suelen cantar en francés (sus mejores temas) y en inglés pronto podrían hacer concesiones a la lengua de Cervantes. Un concierto cercano y lleno de calidad para afrontar la recta final de la noche.

El Columpio Asesino

Haciendo malabares con los sonos conseguimos pedirnos el último cachi de Vivir Morir Vivir con cocacola y nos pertrechamos entre la marabunta para disfrutar de uno de nuestros cabezas de cartel. Los navarros se han convertido en el grupo de moda con más de media docena de festivales a sus espaldas este verano y con un directo crudo y visceral como siempre pero en el que Cristina ha tomado definitivamente el mando. Comenzando con Babel,  single de Ballenas Muertas en San Sebastián, dieron el mejor concierto de la noche presentando un directo demoledor en el que ya, hasta chirría Toro. Y como ellos lo saben quisieron darle una vuelta de tuerca cantándola esta vez ¿adivinan con quién? Si, Nacho Vegas (aka maraca loca) again, declamando con bastante estilo la primera parte del hit y siguiendo el balanceo hipnótico de Cristina. La letra entera ya era pedir demasiado.

Y que Adanowsky nos perdone perolos buenos festivaleros saben (mentira) que siempre hay que guardarse un concierto para la siguiente edición. Que por cierto ya se han empezado a vender las entradas para Sonorama Ribera 2015 ¡Qué locura! ¿No?

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