Jero Romero ha manufacturado con “La grieta” uno de los trabajos de pop en castellano más imaginativos y sinceros de 2014. Así, con este nuevo disco y una banda que es más una reunión de virtuosos (Charlie Bautista, Alfonso Ferrer, Nacho García y Amable Rodríguez) que un conjunto de músicos, el toledano volvió a la Sala Aftasí de Badajoz para dar un bonito concierto en el que se mezclaron canciones de este nuevo disco y de su primera aventura en solitario, “Cabeza de león”.
El concierto comenzó bien pasadas las once de la noche con un aforo en torno al setenta por ciento. Y comenzó con la última canción de “La grieta”, También, como si el cantante nos quisiera decir “sé que os gustaron las anteriores pero también sé hacer esto y estoy aquí para presentároslo. Así soy yo, como os cuento aquí en Narciso.” Seguidamente, y dando por finalizada la presentación, Los Jero Romero, porque a esta banda de unipersonal solo le queda el nombre, interpretaron El mejor.
El cuerpo del concierto volvió a destilar la sencillez y franqueza de una mañana sin relojes a la que nos tienen ya acostumbrados sus composiciones que olvidan la necesidad de estribillos recurrentes y aplicándose en cada tema de manera que este se convirtiera en varias canciones que suenan a la vez. Juego de texturas en letras, voces, sonidos….con un gusto exquisito y una riqueza musical desconcertante por momentos.
El ventanal y Los Columpios dejaron lucirse a la banda, Charlie Bautista a la cabeza, hasta la llegada de las canciones más directas y precisas de “Cabeza de León”: Cabeza de león, Haciendo eses, Ya te lo decía yo, Las leves, Nadie te ha tocado, Devolverte y Correcto. Para cerrar el grueso de la actuación con Caer de pie, Fue hoy y El brazo, posiblemente las tres mejores composiciones del nuevo disco, si es que se puede poner una por encima de otra. Antes, a modo de caramelo, Jero había intercalado Hombre mayor, según sus palabras la mejor canción de cuantas ha escrito nunca.
La parte final del recital, esta vez sin huida a camerinos de por medio, corrió a cargo de Túmbate, Desinhibida y El As haciéndose patente que el público es mucho más receptivo a las composiciones luminosas y cercanas del primer disco que a las imaginativas invenciones de “La grieta”.
Quizás sea por esto por lo que el concierto estuvo siempre rodeado por un runrún que complicó a más de uno sumergirse de lleno en las interpretaciones del grupo que iba desde lo más sutil a lo más potente en una sucesión de canciones encadenadas que sólo hicieron pausa para volver una vez más a dar las gracias a una de las mejores salas de España y a un equipo de personas a su altura. Porque con estos artistas y esta sala parece que la grieta se cierra por momentos.