Buenos días y bienvenidos de nuevo al Podcast de El Gallo Verde.
El tema de este programa es una actividad que, entre la pandemia, el aumento de precios de todo menos de los sueldos y la contaminación, cada vez vamos a echar más de menos si no estamos forrados de billetes. Estoy hablando de los viajes.
Y es que la época de los viajes low cost parece que llega su fin porque la contaminación de los aviones y la turistificación de los centros de las ciudades están el punto de mira. Y tú dirás ¿qué culpa tengo yo de todo eso, si cojo un avión como muchísimo dos veces al año si tengo la suerte de pillar una buena oferta para ir como una lata de sardinas a una capital europea que no sea demasiado cara? Pues ninguna, querido oyente, pero este pato lo vamos a pagar tú y yo del mismo modo que vamos a pagar el del cambio climático, el de la inflación e igual que pagamos la burbuja del ladrillo.
Así que, como nos queda poco para poder disfrutar de ese gran invento que es el turismo os dejo mis consejos para encontrar sitios buenos, bonitos y baratos en los que comer y tomar una copa cuando podáis volver a viajar si es que nos dejan.
Cuando viajamos, mi esposa es la que se ocupa de diseñar el itinerario monumental e histórico y yo me ocupo del comercio y el bebercio. Para eso uso una combinación de factores que por ahora me ha ahorrado sablazos inesperados o caer inconscientemente en una trampa para turistas. Conscientemente ya nos metemos nosotros.
Lo primero es hacer una búsqueda general en internet sobre, los mejores restaurantes en tal sitio, las mejores terrazas, mejores bares, etc. Estos artículos están llenos de recomendaciones más que pagadas, pero, si cotejas los suficientes, ves que hay sitios o zonas de la ciudad que se repiten… Esos son los que tienes que seleccionar, de todas formas, si en alguno de esos artículos ves algún local que te cuadre especialmente en tus gustos puedes apuntártelo también en tu lista para ver si pasa el siguiente filtro.
Otro lago en el que merece la pena pescar si viajas al extranjero son los blogs y foros de los estudiantes erasmus españoles que vivan en el destino al que vayas a ir, seguramente allí encuentres la mejor información sobre sitios baratos, divertidos y de moda donde tomar una copa o comidas locales.
Con la búsqueda anterior ya tendremos una base más o menos grande sobre la que empezar a hacer nuestro cribado más fino. Para ello yo lo que hago es buscar en Tripadvisor primero y en Google Maps después todos los locales de esa lista y fijarnos en sus valoraciones y comentarios.
Como todo en Internet hay que aprender a leer lo que se ponen en cada perfil. Por ejemplo, no es lo mismo que un restaurante tenga una puntuación de 5 estrellas con sólo 10 comentarios a que otro restaurante tenga una puntuación de 4 y medio con más de 500 comentarios. La reputación del segundo restaurante está más consolidada que la del primero.
También es importante ver la proporción de comentarios buenos y malos, si de 100 comentarios la mitad son excelentes y la mitad pésimos, está claro que es un riesgo comer allí. Una técnica muy eficaz para saber cuáles son los peores errores de un local es leer sólo los peores comentarios y ver si hay errores que se repiten, así sabremos si es un restaurante en el que hace mucho frío, o si los platos tardan mucho en salir. Después, para compensar tanta negatividad, es recomendable leer los últimos comentarios para tener una impresión general del local en los últimos meses y entonces ya podremos tomar una decisión más informada.
Merece la pena tomarse la molestia de mirar los comentarios de las dos plataformas ya que a veces hay divergencias importantes entre unos y otros. Y también merece la pena ver las fotos porque cada vez es más frecuente encontrar fotos del menú completo o facturas de comidas reales que nos darán una idea más acertada de los precios y lo que podremos encontrar.
Un último consejo, cuando ya tengas decidido a qué sitios ir, búscalos en la web de El Tenedor ya que muchos restaurantes ofrecen descuentos interesantes por reservar a través de este portal.
Los de El Buen Hijo no han estado nunca en “Rio de Janeiro” pero con este tema nos hace viajar a este exótico destino solo para darnos cuenta de que, como los viajes, el amor también se acaba.
Cualquiera de vosotros que haya navegado un poco por internet o usado alguna red social habrá recibido publicidad no sólo de viajes sino de artículos sobre viajes: mapas para rascar los países donde has estado, álbumes especiales para meter tus fotos de viajes y entradas de museos, tickets de restaurantes etc., pulseritas con chapas de latitudes,… en general cosas para tener un buen recuerdo, pero eso denota también que el viajar para muchas personas se ha convertido en algo más que una actividad de ocio, para desembocar en un símbolo de estatus o un medio para alzarse sobre la masa no viajada.
Y esas personas no lo están pasando bien desde que empezó la pandemia, ya que además de todo lo que sufrimos los demás, ellos habían construido su personalidad sobre los viajes que podían hacer y con el Coronavirus cerrando fronteras hay alguno que se ha quedado sin saber quién es. Y es que según AirBNB, el 57 por ciento de los viajeros se plantean como van a quedar las fotos de su alojamiento cuando lo suban a las redes sociales.
Estas personas viajan para huir de su realidad, pero todo esto tiene un doble filo, mientras que se acerca el viaje, si hay algún sentimiento que les agobie, se ponen a buscar información sobre su destino para sentirse mejor,… el problema viene cuando vuelven y se dan cuenta de que haber pasado la semana santa en Praga no les va a salvar de tener que seguir pringando en la oficina a las órdenes de un jefe estúpido.
Con lo cual se ponen a pensar en la próxima escapada y vuelve a iniciar el ciclo.
Malamute resume en una Todo el mundo está en Japón todo eso que pensamos cuando vemos las stories de Instagram, y es que para ser de ese tipo de persona que se define por sus viajes, además hay que tener pasta en el bolsillo.
Cada maestrillo tiene su librillo a la hora de hacer la maleta, hay quien hace listas, hay quien va metiendo cosas al tun tun hasta que se llena, y en definitiva tantas maletas como personas. Yo no voy a pontificar sobre qué es lo que conviene llevar o no pero sí voy a decir cosas muy útiles que te pueden sacar de un apuro.
Si en la “Guía del Autoestopista Galáctico” dicen que lo mejor que puede llevar un viajero galáctico es una toalla, los viajes terrestres tienen un aliado en las toallitas húmedas. Además de sus usos higiénicos más evidentes tienen muchas más posibilidades: limpiar la parte de goma blanca de las zapatillas, para desmaquillarse, limpiarse las manos,…
Por otra parte, una gorra y/o unas gafas de sol pueden salvarte la vida cuando andes por el mundo, nunca se sabe cuándo el cambio climático va a hacer que ese país eslavo va a tener el día más radiante en años. Ocupan poco y no estorban.
Y por último, dado que en este mundo tecnológico en el que vivimos dependemos de la tecnología para muchas cosas una batería portátil con un cable con múltiples conectores puede evitarnos más de un disgusto, sobre todo si toda la documentación del viaje la llevamos en digital.
Caballo Prieto Azabache nos presentan en “Alfama” un paseo por el mítico barrio de Lisboa. Una ciudad que engancha a muchos de los que la visitan por su particular decadencia tan bien llevada y en la que siempre descubres algo nuevo.
Un abrazo a todos y nos vemos muy pronto