Podcast El Gallo Verde: La vida moderna (Temporada 02, Episodio 14)


Buenos días y bienvenidos a un nuevo programa de El Gallo Verde

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Ahora que los días se alargan y parece que llega el buen tiempo, no podemos evitar pensar en lo bien que estaríamos tirados en la playa o en el césped de la montaña en vez de tener que estar en la oficina comiéndonos marrones y discutiendo por la temperatura del aire acondicionado.

Y es que el escape de la rutina, el fantasear con una vida más sencilla o simplemente darnos cuenta de lo absurdo que es dedicar un tercio de nuestro día (o más) a trabajar también tiene su reflejo en la música pop, y hoy le ponemos banda sonora a esas ensoñaciones con un futuro mejor.

En Badajoz capital hay mucha costumbre de desayunar en el bar. El desayuno oficial es la tostada, hecha con un bollo de pan (nunca pan de molde) y untada (porque en Badajoz las capsulitas de mantequilla o de paté individuales para servirse uno mismo son anatema) con lo que más nos guste: margarina, paté, tomate triturado, aceite o un paté de hígado de cerdo típico de Extremadura llamado cachuela,… también hay versiones premium como la de tomate y jamón ibérico, la blanca york (margarina y jamón), la vegetal (una mezcla de mayonesa con lechuga que a veces lleva atún, o cebolla también, o jamón york,… ya veis que lo de vegetal es un eufemismo),… Además, aunque con esto de la guerra han subido los precios, es relativamente barato por lo que es un lujo que nos podemos permitir casi a diario.

Esto es posible porque en Badajoz el ritmo de vida es, aún, lo suficientemente pausado para como para poder sacar 20 minutos cada día para desayunar tranquilos, sin embargo, para otros, y ya veremos si para nosotros también en un futuro, es todo un lujo.

Alondra Bentley reflexiona, usando además por primera vez el castellano, sobre esa falta de tiempo que todos echamos de menos. No es solo que no nos sobre tiempo como permitir perderlo, sino que no tenemos tiempo para aquello que nos hace crecer como personas, solo para producir.


Muchos urbanitas, especialmente después del confinamiento, descubrieron que sus maravillosas ciudades tenían algún fallo al tener que quedarse encerrados en casa. También, gracias al teletrabajo algunos descubrieron que para ir de casa al trabajo y del trabajo a casa y si acaso tomarse algo de afterwork no hace falta vivir en la Castellana y que esas ciudades y de pueblos “de provincias” de los que renegaban son opciones perfectamente viables para desarrollar una vida.

Sin embargo, tampoco hay que dejarse llevar por el romanticismo, muchos de esos bucólicos pueblos tienen grandes problemas de comunicaciones tanto físicas: carreteras, falta de transporte público, como digitales: sin acceso a líneas de fibra de alta velocidad o sin cobertura de datos fiable, que hace que sufran los peores efectos de la globalización (pérdida de gente joven y de identidad) sin poder acceder a sus beneficios como participar de una economía global o crear negocios en sus propias comunidades.
Yo he vivido y trabajado tanto en una gran ciudad como en una de provincias, y la calidad de vida que ofrece la ciudad pequeña no se compara con la gran la ciudad. No es una vida idílica perfecta y hay cosas que se echan de menos, pero en general, aquí se puede aprovechar mejor el tiempo libre que nos queda.

Ya desde su nombre artístico, Marinita Precaria, nos da una pista de lo que podemos encontrar en su obra, y en este “Al Campo” retrata esa necesidad de huir de la presión de la ciudad en pos de una vida más sencilla.


Como hemos venido diciendo, la música pop también le pone banda sonora al desencanto generacional de sentir que a nuestras vidas les falta equilibrio y que quizá dedicamos mucho tiempo a cosas que no nos hacen felices por la necesidad primara de comer y tener un techo y por la necesidad social inculcada de tener eso que se llama “una carrera profesional”. Tiene sentido, si le dedicamos tanto tiempo al trabajo, necesitamos sentir que al menos ese trabajo es algo valioso, por eso en Linked In los comerciales son managers de cuentas, los que escriben artículos o libros para que los firmen otros son ghostwriters, o y el que comenta partidos de futbol para una web por cuatro perras es Analista de Fútbol Independiente.
Pero, a veces, tenemos un momento de lucidez y le vemos las costuras a este sistema y nos damos cuenta de cómo nos han influido para hacernos pensar que ésta es la única vida posible y la única manera de hacer las cosa y empezamos a pensar que no, que nosotros ya cumplimos con nuestra parte del trato pero no recibimos lo prometido, que tiene que haber algo más, y, aunque parezca que no ha cambiado nada, quizá, el próximo lunes, no nos quedemos quince minutos más para terminar un cosa, o pediremos el permiso que nos corresponde por mudanza sin complejos ni andar diciendo que ya recuperaremos el día, o no contestaremos al teléfono fuera del horario de trabajo.


“Me manipulaste” es una canción de los ya disueltos Monterrosa que siempre he querido usar en la que explican meridianamente claro esa presión que el sistema nos aplica para convencernos que la felicidad está en tener el puesto más largo en la tarjeta de visita o el de tener la camisa de moda.

Y hasta aquí nuestro programa de hoy, no sé si he conseguido aliviaros un poco la presión de la sociedad y haceros ver que hay alternativas o si os he agobiado más al ver la situación en la que estamos. Yo tampoco lo tengo claro la mitad de los días.

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