Havalina (24/10/15)

LUGAR: SALA AFTASÍ (BADAJOZ) | FECHA: 24 OCTUBRE 2015

Reconozco que no soy muy fan de Havalina, quiero decir, no soy de los que compran todos sus discos o ponen sus canciones en bucle en Spotify. Pero también os voy a decir una cosa: Bien en sala bien en festival, no me pierdo ni uno de sus conciertos.

La banda madrileña es de ésas que multiplican en directo las virtudes de sus ya de por sí cuidadosos trabajos de estudio. Una formación que, con sólo tres componentes (en esta ocasión con Juan Diego Gosálvez sustituyendo a Javier Couceiro), consiguen llenar el escenario y hacer retumbar la sala con unas cuerdas brutales (ojo al papelón de Jaime Olmedo al bajo) y una batería atronadora que no echó de menos la baja de Javier.

Havalina en Sala Aftasí

El concierto, con una Sala Aftasí con unos 2/3 de su aforo completo, tuvo momentos de auténtico frenesí alternados con tempos lentos llenos de experimentación y alardes interpretativos, gracias a un estudiado setlist compuesto tanto por canciones de su último trabajo (Islas de Cemento, 2015) como de los anteriores en castellano, principalmente Las Hojas Secas (2010), incluyendo la esperadísima “Mamut” con la que cerraron su actuación por todo lo alto. Notable alto, como casi siempre, para la banda de Manuel Cabezalí.

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La Habitación Roja @Sala Aftasi, Badajoz (10/10/14)

La Habitación Roja

Reconozco que nunca he sido fan de La Habitación Roja; a pesar de que siempre los he tenido en gran consideración (en especial a mi estimado Pau), nunca he comprado sus discos y rara vez los he puesto en el Spotify. Creo que, simplemente, nunca me he sentido identificado en sus letras (Jorge cuenta que él escribe canciones para los demás).

 Es una pena, porque tras el concierto que nos brindaron anoche en la Sala Aftasí de Badajoz, tengo el convencimiento de que me he perdido muy buenos momentos todas aquellas veces que he abandonado sus conciertos a la mitad, víctima de esa falta de química, de ese feeling que te embarga cuando conoces a fondo el repertorio de un artista y lo haces tuyo en la magia de la música en directo.

La Habitación Roja

La Habitación Roja van camino de cumplir veinte años de trayectoria (ya peinan canas, visten elegante calzado y portan anillos de casado), y lo hacen sin perder ni un ápice de presencia y de vigencia en el panorama independiente nacional. Es más, diría que van sumando fieles entre los más jóvenes que sí van encontrando su propia historia entre las contadas por Jorge.

Sobre el escenario de la Aftasí demostraron que se encuentran en plena forma, especialmente con un Jorge que no para de moverse ni de saltar ni de bajarse a mezclarse con el público. Las canciones de su noveno álbum La Moneda en el Aire (“Tanto por hacer”, “Donde no exista el miedo”, “Si tú te vas”) alcanzaron categoría de himnos espoleados por la entrega de su público, y sus más conocidos clásicos (“El Eje del Mal”, “Van a por nosotros”, “Nunca ganaremos el Mundial”) y no tan clásicos (“Siberia”, “El Resplandor”, “Indestructibles”, “Ayer”) inundaron la sala con la magia de las grandes citas y conmovieron hasta a los más escépticos (incluido yo).

La Habitación Roja

Como colofón, nada menos que siete bises para culminar su actuación con la eterna “There is a light that never goes out” de The Smiths, que dedicaron al Contempopránea y a su director, Agustín Fuentes, presente en la sala.

En definitiva, un concierto no sólo de los que hacen afición, sino de los que responden porqué estos amigos procedentes de la costa levantina llevan tantos años revalidando su título de ser uno de los nombres propios del circuito musical español.

 

Sidonie @Sala Aftasí, Badajoz (06/09/2014)

Marc Ros, Sidonie, Sala Aftasí

Hacer una crónica objetiva de uno de tus grupos favoritos no es tarea fácil, así que no intentaré ocultar con críticas gratuitas la admiración que siento por Sidonie. Es la cuarta vez que les veo este año, y sencillamente no me canso de verlos; ayer tuiteaba que precisamente uno de los puntos fuertes de los barceloneses son sus directos, en los que consiguen potenciar su repertorio incluso con temas a priori más flojos.

Pero dejando aparte la opinión que podamos tener cada uno, hay que cosas con respecto a Sidonie que son incontestables, como la solidez de su carrera. Y es que, aunque les salen detractores hasta de debajo de las piedras (por lo general puristas que gustan de cogérsela con papel de fumar), la banda ha sabido evolucionar, sacar buenos discos a lo largo de su carrera y fabricar nuevos himnos que se suman a sus clásicos de siempre. En los conciertos de Sidonie, la gente no espera aburrida a que toquen sus primeros discos (como sí ocurre con según qué otras bandas), amén de un público muy diverso y muy renovado con nuevos fans (algunos sorprendentemente jóvenes), que los Marc y compañía han sabido ganarse a pulso.

Jesús Senra, Sidonie, Sala Aftasí

En lo que se refiere al concierto de anoche en una renovada Sala Aftasí, muchos factores apuntaban a podría darse una debacle de asistencia: primer concierto de septiembre, la celebración de la Noche en Blanco, el puente, el hecho de que no hacía ni 3 meses que habían tocado en el Contempopránea… Sin embargo, sus seguidores extremeños no defraudaron y llenaron la sala en unas tres cuartas partes de su aforo.

Marc, Axel y Jesús salieron acompañados de sus nuevos compañeros, Edu Martínez y el sorprendente Marcel Cavellé, y con la escenografía habitual en la gira de presentación de Sierra y Canadá (Sony Music, 2014), los carteles de neón y en pantalla la bandera del país norteamericano. Desde el principio impusieron un ritmo frenético para calentar al público, aunque éste ya estaba enchufado desde el principio y corearon tanto los clásicos de la banda (“Costa Azul”, “Fascinado”, “Sidonie Goes To Moog”) como los éxitos de sus últimos trabajos (“Estáis aquí”, “Un día de mierda”, “Por ti”, “El Bosque”… ).

Axel Pi, Sidonie, Sala Aftasí

Como decíamos, seguidores muy variados (incondicionales del Contempopránea junto a habituales de las radiofórmulas) y en ocasiones muy muy jóvenes que se habrían podido subir al carro con El Incendio (Sony Music, 2009)  o El Fluido García (Sony Music, 2011). Todos saltaban, coreaban los estribillos e incluso se daban de codazos por tocar a los miembros de la banda cuando alguno de ellos se bajaba del escenario para mezclarse con el público.

Las versiones del “Disco 2000” (The Pulp) y del “Video Kills The Radio Star” (The Buggles), las referencias a las raíces extremeñas de Jesús (con familia en La Vera como nos contó en la entrevista) o el tema dedicado al futuro enlace de Pepe y Ana (del staff del Contempopránea) fueron las anécdotas más destacadas de la actuación, que supo a poco a pesar de la buena duración de la misma.

En definitiva, una de las mejores actuaciones de Sidonie en tierras extremeñas, en la que brillaron sobre todo las guitarras (brutales en “El Bosque”), y donde el público estuvo entregado desde el principio y supo responder a las ganas que los barceloneses echaron sobre el escenario. Ya cuento los días que quedan para verles de nuevo.

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Long Way To Alaska @ Sala Aftasí, Badajoz (30/03/14)

De todos los tópicos que tenemos de los portugueses, hay tres que siempre he argumentado y que anoche la formación procedente de Braga se encargó de defender sobre el escenario de la Sala Aftasí de Badajoz.

El primer tópico es la casi exasperante educación de los portugueses; «eres más cumplío que un portugués», decimos en estos lares. Y es que la banda no paró de agradecer al público su presencia y al promotor de la sala el haberlos invitado a participar de esa jornada denominada “Encuentro de Música Transfronteriza” junto con los locales El Viaje de Rose.

El segundo tópico sobre los portugueses es su tan envidiado dominio del inglés. Tantos años de televisión subtitulada (entre otras muchas cosas) tienen su parte buena y no es difícil encontrarse a un portugués dominando la lengua de Shakespeare. Y también es el caso, como no podría ser de otra manera, de los miembros de Long Way To Alaska, que escriben e interpretan sus canciones con una fluidez y naturalidad que bien parecen salidos de algún college anglosajón. Ponles una pinta en la mano y parecerán más británicos que los hermanos Gallagher.

El último tópico –y es aquí donde entro en el meollo de su actuación–  es el excelente gusto de los lusos por la música de calidad; y que sus bandas a menudo demuestran una elegancia y una clase más difíciles de encontrar en nuestras formaciones nacionales. En este sentido Long Way To Alaska me recordaron a los también portugueses Norton, no en el estilo musical sino en el cuidado que ponen en las bases y en las melodías, sin duda uno de los puntos fuertes de ambas bandas. En el caso de los de Braga, su actuación tuvo claramente dos partes; una más instrumental y pausada, apoyada en los efectos electrónicos creando una cierta atmósfera de gran densidad sonora; y otra más alegre y luminosa, apoyada en las percusiones y las cuerdas, que derrochó tropicalismo por los cuatro rincones de la sala.

Así con todo, el concierto resultó ser una delicatessen para el que el público pacense no volvió a estar de nuevo a la altura, con un escasísimo aforo no sabemos si debido al resto de citas que tuvieron lugar anoche en otras salas de la ciudad. En todo caso, auguramos un buen futuro para ellos, eso sí en su país, donde quizás si estén más capacitados para apreciar este tipo de música, más exquisita y menos pachanguera.

PD: Agradecer a los amigos de 48 Horas Badajoz por prestarme una tarjeta SD para la sesión de fotos. Gracias por el capote.

Los Coronas (Sala Aftasí, 31/01/14)

Los Coronas, la banda madrileña que junto a Arizona Baby realizaron la gira “Dos bandas y un destino” y posteriormente la formación Corizonas, es un grupo sin complejos y que no se andan con tapujos. Y es que hay que tener mucha seguridad en sí mismo para combinar Dick Dale con Paquito el chocolatero y quedarse tan anchos. Seguridad y mucho estilo, para que este ejercicio de fusión no se convierta en una patochada como a las que nos tiene acostumbrados el panorama independiente español.

Su planteamiento no es baladí, y sus argumentos para mezclar ambas fuentes resultan a priori incontestables; los artistas clásicos norteamericanos se han “apropiado” de la etiqueta de música de raíces, y con demasiada frecuencia se nos llena la boca con las fuentes anglosajones de las que beben nuestros artistas nacionales. Pero la verdad es que absolutamente todos los artistas de nuestro país han nacido y crecido en mayor o menos medida al amparo de nuestra música folclórica, la canción española, la copla, el pasodoble… Está en nuestras venas y quién somos nosotros para renegar de ello.

Los Coronas no reniegan en absoluto, y lo saben conjugar perfectamente con los estilos que abanderan en sus discos: el surf, el western, el country, la América profunda, el rock de los 60… El resultado, ejecutado técnicamente de manera impecable y sazonado con ese saber-estar que destilan, es un magnífico espectáculo en el que todos sus miembros brillan en conjunto y por separado, llevados de la mano por un Fernando Pardo que en nuestra redacción hemos descubierto recientemente como uno de los grandes showman de la música nacional (entendido en el buen sentido, por supuesto).

Pero siendo honrados con Los Coronas, debo decir que su actuación planteó dilemas. Aunque personalmente me lo pasé como los enanos (realmente hacía tiempo que no disfrutaba tan infantilmente de un concierto), hubo opiniones encontradas entre el público que planteaban el debate sobre si estos músicos tan brutales (todos les reconocen su enorme talento) tienen que avenirse a hacer este tipo de música (fusionar géneros tan alejados en el espectro musical) y este tipo de conciertos (plagados de versiones imposibles y con ningún o casi ningún tema propio), como fue el de ayer. Al final es cierto que la sorpresa de descubrir tal o cual tema versionado se pierde, y que tras más de dos horas de concierto (ojo, algo que jamás debe ser motivo de crítica, sino todo lo contrario) el ritmo parece precipitarse y volverse monótono y plano.

Y digo que es un dilema porque al final a la banda no se le puede reprochar nada, sus miembros estuvieron entregadísimos y dieron auténticas lecciones magistrales de actitud y –sobre todo–  de talento. La interpretación a nivel técnico fue soberbia e impecable, y sólo estuvo desmerecida por algunos problemas de sonido de la sala (o del técnico de la banda, no lo sabemos).

En cualquier caso, y dejando aparte los dilemas y debates entre los más exigentes y culofinos de los asistentes, lo cierto es que Los Coronas se presentaron como una de las bandas que mejor llenan y más provecho sacan de este escenario de entre todas las que han visitado la Sala Aftasí. Su electricidad se extendió desde el suelo hasta el techo, pasando a través del público como si fueran metales conductores que no pudieron evitar bailar, corear y estremecerse ante el surf nacionalizado de Los Coronas. Un talento –el de arrancar del suelo al muy frío público pacense– al alcance de muy pocos. Y aunque sólo sea por eso, yo les doy mi enhorabuena.

PD: No he querido comentar hasta ahora una última cosa: Los Coronas son una banda instrumental, un detalle en mi opinión menor que sin embargo puede llenar de prejuicios y marcar desde el principio el desarrollo de una crónica. Al final, la propia ausencia de vocalista no es más que otro recurso estilístico más, como cantar en inglés o utilizar sintetizadores (o sacar fotos en blanco y negro). Y es cierto que quizás este hecho les ayude o les perjudique de cara al público, pero en todo caso se trata de otro infructuoso debate en el que no estoy dispuesto a entrar, ni como aficionado ni como bloguero. Por si a alguien les queda alguna duda de su capacidad como banda total, ya nos regalan el tema “Hiedra venenosa” con Loza como vocalista; pero la conclusión es que ellos son una banda instrumental porque han decidido serlo, no porque se hayan visto “abocados” a ello.

Idealipsticks @Sala Aftasí, Badajoz (24/05/13)

Concierto de puro rock en el que la banda de Guadalajara presentó su tercer trabajo Humanimal reafirmando su estilo sobre el escenario.

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Cuando se habla de rock, a la gente se le llena la boca con nombres de bandas míticas ya extintas o de grupos nacionales que hace mucho que dejaron de vivirlo en su más pura versión, el de la sala y la carretera. El concepto de rock star ha hecho mucho daño, y el género se ha asociado con los tópicos de estadios repletos, hoteles destrozados y kilómetros de cocaína en los camerinos. Por eso, tendemos a despreciar a las bandas que no cumplen con estos “requisitos” y nos compadecemos de ellos porque son un quiere-y-no-puede, cuando lo realmente triste es ver a artistas como la copa de un pino contando su vida supermolona en 40TV y poniéndose hasta el ojal en el backstage del Rock in Rio para sentirse más auténticos.

Yo no pretendo dar una lección acerca del rock porque no soy en absoluto un experto (eso, como decimos en nuestro about, se lo dejamos a otros), pero sí me considero un melómano que disfruta a tope con la música en directo especialmente en su versión más reducida, la de la sala o el pequeño festival, donde te puedes empapar de la pasión que el propio artista exhala. Y cuando hablo de pasión no me refiero sólo a actitud y fuerza sobre el escenario, que eso se presupone por profesionalidad, sino a la vocación y al esfuerzo del artista por hacer su trabajo a pesar de las posibles inclemencias (un viaje en furgo de 4 horas, una sala a medio llenar…) y seguir con la convicción absoluta de que ésa es su vida y para eso es para lo que ha nacido.

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Decían Eva y Jave que si decidieran volverse a Londres, su banda al final acabaría marchando con ellos, pues no podrían aguantar mucho tiempo sin el escenario. Ésa es la verdadera droga que corre por las venas del rock star, lo que hace a un artista ser auténtico y genuino. Quizás es casualidad o quizás es ignorancia (la mía), pero es curioso ver que grandes bandas se acaban separando cuando están en la cúspide y lo tienen todo a su favor, porque pierden el rumbo y la perspectiva de lo realmente importante: la pasión por la música.

Todo esto viene a explicar porqué Idealipsticks es una de las mejores bandas de rock que ha pasado por la Sala Aftasí; quizás Dover también ofrecieron un concierto sensacional hace unas semanas, decididos a disfrutar de aquello que les hizo triunfar antes de que cayeran presa de sus propios miedos y excentricidades. La diferencia radica en que Idealipsticks, al no haber alcanzado el éxito de las hermanas Llanos, no han perdido en ningún momento el empeño de poder ganarse la vida con aquello por lo que sienten pasión. Y eso les hace honestos y sinceros con el público, con el género y con ellos mismos.

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Por eso, cuando abrazan el rock sin complejos, prejuicios ni imposturas, no tienen problemas por cosas como introducir castañuelas en el repertorio, por mostrarse educados con el público, por reconocer que ellos son de Guadalajara, no de Vallecas/Getxo/El Raval. Con respecto a sus anteriores giras, han ganado en tablas y han perdido en aspavientos, y siguen eso sí mostrándose muy sensuales (él acaricia la guitarra como si fuera ella, ella susurra al micro como si fuese él), aunque como dice Jave, todo el rock es sensual y su actitud no debería servir de etiqueta para definirlos.

Decía en la crónica de su anterior paso por Badajoz que la gente había acudido al concierto más por curiosidad que por otra cosa, pero que el público había acabado rendido y que esa noche se habían ganado un buen puñado de incondicionales. No me equivoqué, porque aunque la sala de nuevo se presentaba a medio aforo, esta vez el público estaba entregado desde el principio, bailando y coreando tanto los temas de sus anteriores trabajos («Love destroys all», «Legs», «Losers & Lovers»…) como los del recién estrenado Humanimal («The way things go», «Ghostgun», «Very very»…) que, todo sea dicho, es un disco que aúna lo mejor de la banda cocinado con los ingredientes y el tiempo justos como para parir un trabajo redondo. Porque, aunque a estos niveles del underground el álbum pueda servir más de tarjeta de presentación para promocionar una gira, se nota que con Humanimal han querido trascender el tiempo con una obra que perdure a lo largo de los años.

Tal como vinieron de Madrid, se volvieron para coger un avión rumbo a Mallorca; no sin antes haberse entregado al máximo y haber disfrutado a tope con sus ya incondicionales seguidores de Badajoz. Pero ellos son rock, y el rock es eso: carretera, sala de conciertos y muchas toneladas de pasión.

Nudozurdo @Sala Mercantil, Badajoz (22/02/2013)

Con la plantilla de El Gallo Verde en cuadro, me planté solo  en el concierto de Nudozurdo; como mis neuronas no dan para dos cosas a la vez y ya tengo bastante con echar fotos, cedo la redacción a la siempre afilada pluma de nuestra querida corresponsal en el extranjero.

TEXTO: SHE | FOTOGRAFÍA: EL_TESORERO

No es fácil acercarse a un grupo como Nudozurdo. Rodeados en la escena española de grupos pop con letras y tono amable, colores alegres y temas naïve,  encontrarse con algo tan oscuro y denso es difícil , pero, sobre todo, bienvenido.

Su hábitat natural son las salas pequeñas donde pueden crear esa atmósfera tensa y claustrofóbica que los define. Por eso fueron uno de los elegidos para el proyecto “Girando por Salas” en el que varios organismos oficiales subvencionan conciertos( el precio de anoche, 6 euros la entrada anticipada es directamente de risa) para promocionar, según sus propias palabras, “las músicas actuales”.

El concierto, como tal, fue espectacular. Agobiantes tanto la instrumentación como la difícil voz de Leopoldo Mateos y efectivos en la creación desde la nada de altas dosis de  intensidad( si no se te ponen los pelos de punta con la versión en directo de “Mil Espejos”, es que estás pintado de negro por dentro), los madrileños repasaron sin demasiados artificios tanto los dos largos ( Sintética de 2008 y Tara Motor Hembra de 2011) que los han encumbrado en el panorama musical actual,como alguna canción de discos que han pasado más desapercibidos( su primer disco, autoeditado, fue recuperado no hace mucho y, está rodando aun “Ultrapresión”, su EP de 2012) .

El setlist incluyó temas como la imposible “Hijo de Dios”, “Ha sido divertido” ,“Dentro de él”, “Prometo hacerte daño”, que fue uno de los momentos álgidos de la noche, “Chicopromo”, “Dosis Modernas” …completando algo más de una hora de concierto, con un bis, que, subjetivamente, fue bastante más corto de lo esperado. Si te sustraías de todo lo que tenías alrededor, te temblaban las rodillas con cada nota del trío que parecía multiplicarse encima del escenario del ruido que estaban montando.

Ahora bien, TENÍAS que sustraerte, porque el de anoche fue un concierto en el que se dejó entrever por qué cada día se hace más cuesta arriba acudir a un concierto en la ciudad.

Nunca en una crónica es bueno tener que hablar más del público que del grupo, pero lo que pasó ayer es digno de mención y crítica. Yo misma llegué algo tarde por la desinformación sobre la hora de comienzo de la actuación, pero al cruzar la puerta y ver que allí habría entre 30-50 personas me dividí entre el “bien, un concierto así para poco público” y el “pero ¿¿qué le pasa a la gente en esta ciudad??”. Lamentablemente, la segunda respuesta estropeaba el primer pensamiento.

Como decía al principio, no es fácil acercarse a un grupo como Nudozurdo que, recordemos, sólo ha tocado en otra ocasión en tierras extremeñas (concretamente, en el denostado y añorado Navalpop, hace unos tres años, a las 4 de la mañana, otro conciertazo que se marcaron para los fieles que no llegábamos en número ni a montar un equipo de fútbol), por lo que ha de suponerse que el escaso público presente, al menos,  estará allí entregado. Craso error. La falta de respeto que ya es leyenda en los conciertos en la Sala Mercantil tuvo ayer una de sus noches grandes. Entre las 15-20 personas que estaban realmente metidas en el concierto se colaban las conversaciones a gritos de los demás, comentarios  simplistas sobre el tipo de música y la voz del cantante, paseantes errantes y demás fauna local. Todo esto, repito, con un aforo cercano a 50 personas.

Hace poco se abría en esta página el debate sobre la idoneidad o no de montar una franquicia del Contempopránea en la ciudad. Se hablaba del problema que puede suponer el perfil de público que acudiría al evento teniendo en cuenta la mayoría de la población joven de aquí. Pero no nos engañemos. Aquí nos conocemos (casi) todos. Siempre son las mismas caras las que te cruzas en los conciertos. El problema no son los demás. El problema somos nosotros mismos.

The Wish @Sala Doré (28/01/12)

Casi casi se colgó el cartel de sold out en la Sala Doré de Badajoz (la Aftasí de toda la vida) para una de las citas más esperadas por la muchachada indie de la región: la presentación en vivo, en directo y en caliente del LP de los pacenses The Wish, un trabajo que parecía eternizarse como el Escorial (o el AVE extremeño), pero como rezaba aquel spot de Guinnes, “good things come to those who wait…”.

 

Sin embargo, sólo un poquito se hizo esperar el inicio del concierto, y a las 23:05 de la noche la banda ya estaban sobre el coqueto escenario de la Doré. Una primera parte del concierto se centró exclusivamente en presentar los temas del citado álbum de debut, un tracklist que en directo cobra una enorme presencia que abarca toda la sala y con el que el quinteto hizo gala de su enorme madurez interpretativa frente al público. Destacaron las muy coreadas “Empty” y “The New Hope”, que ya se pudieron escuchar con anterioridad en el bandcamp, y la muy sentida “Contradictions”, con la que Eu se lució al piano y  con la que seguro a más de una se le cayeron las bragas.

Tras pasar con nota la interpretación de los nuevos temas, los Wish pudieron desmelenarse definitivamente en la segunda parte de su show, en la que tocaron otros tantos temazos de sus anteriores demos acompañados de algunos buenos amigos de la farándula extremeña. Alfonso Burdalo, cantante de Burgim, compartió papel vocalista con Curro en “Think about you”, mientras que Carol y Miguel Ángel de Cajón de Sastre le dieron su toque refinado a “Spiral”; también Luis Gragera a la guitarra y Jesús García frente al micro (de Lúa Gramer y New Solaris respectivamente) tuvieron el gustazo de interpretar en su caso “Love is wrong”, el hitazo a través del cual muchos de nosotros nos enamoramos de The Wish.

Todas estas canciones de sobra conocidas por sus fans son las que sirven para dar fe de la enorme evolución de la banda, para cuyo sonido tan lleno de luz y energía se han quedado pequeñas las salas extremeñas y parece más apropiado de exhibirse sobre las amplias tablas de un festival y frente a miles de espectadores. No en vano, Curro nos dio la alegría de la noche al confirmarnos que estarán presente en el próximo Contempopránea Cruzcampo, esperemos que en un horario más acorde a su potente puesta en escena que en su última visita a Alburquerque.

 

La cita resultaría en definitiva una auténtica exaltación de la escena extremeña que ríete tú del día de Guadalupe: público venido desde todos los puntos de la región, colaboraciones con otras bandas amigas, la presencia del staff en pleno del Contempopránea, y cierta satisfacción compartida por los incondicionales de la banda ante el alumbramiento, por fin, de un LP de soberbia factura que hace justicia al talento y al trabajo de este quinteto de esforzados músicos. Esperemos que éste sea el punto de partida de su merecido asalto al siempre ingrato mercado nacional.

Electro Rosso @Sala Mercantil (21/10/11)

TEXTO Y FOTOS: EL_TESORERO

Dicen que nadie es profeta en su tierra, y los Gallos Verdes tenemos muchas cuentas pendientes con los artistas y bandas extremeños, que no son pocos. El caso de Electro Rosso es ése, o más bien el de sus componentes, músicos experimentados con largo recorrido a los que, al menos que yo recuerde, no habíamos visto aún sobre un escenario con alguna de las muchas bandas que forman el maremágnum imposible que es el circuito regional.

Pero he aquí que los chicos de la Guadaña Cósmica no paraban de espamearme el correo y el feisbuc, así que no podía faltar al concierto de presentación del primer EP de la banda (que merece un capítulo aparte pero diré ya que pinta muy bien) a pesar de celebrarse a la misma hora otro muy buen concierto en otra sala de la ciudad. Y os digo una cosa, creo que salí ganando.

Lo primero que me sorprendió de la noche fue, a pesar de esa otra actuación, el buen aforo que tuvo la Sala Mercantil, 3/4 partes de su capacidad total de público bastante entregado (cosa difícil teniendo en cuenta lo fríos que somos en Badajoz) y algún que otro medio alternativo cubriendo el evento (la prensa local y regional, como siempre en este tipo de eventos, totalmente ausente: ni se la ve, ni se la espera). La banda supo responder a la buena acogida con una actuación (que se retrasó muchísimo una vez más en esta sala) muy trabajada y muy bien desarrollada, que se hizo corta a pesar de la casi hora y media de duración.

Como decía, Electro Rosso apenas tiene un año de vida, pero sus miembros son ya músicos experimentados en proyectos anteriores (desconozco si juntos o por separado). Ahí me llevé la segunda sorpresa de la noche, lo bien conjuntados y complementados que sonaron, supongo que fruto de las muchas horas de ensayo, pero aún así tiene su mérito al tratarse de personas cada uno con su vida, su trabajo y sus historias. Pero la experiencia es un grado e hicieron valer las muchas tablas que tienen. No es peloteo gratuito, ya sabéis que no me caso con nadie y si hubiesen sonado desacompasados lo habría dicho, finamente, pero lo habría dicho.

La última sorpresa de la noche fue la versatilidad que muestran en la interpretación de los temas, con gran variedad de recursos en el directo, algo que sin embargo no se deja ver a través de las canciones del EP que pueden escucharse en su MySpace. El estilo de Electro Rosso es muy directo y entra por los ojos; Diego @dperara lo resumió muy bien diciendo que hicieron una primera parte entre Pearl Jam y Radiohead, pero para cuando yo pude prestar más atención (después de hacer las fotos) creí verlos remontarse más y escuchar algunos ramalazos del rock alternativo de los 80 y los 70. En todo caso estamos hablando de ambientes densos a base de potentes riffs de guitarras, potentes líneas de bajo y una espectacular batería castigada sin piedad.

Si debo destacar a alguien, lo haría por motivos obvios y otros no tan obvios a Enrique Martínez, vocalista de la banda, un tipo que cuando lo ves hablando (por los codos) con el público o pidiendo copas a la barra parece no tomarse muy en serio su papel de frontman, pero que cuando empiezan los primeros acordes de cada tema se transmuta, derrochando carisma y encanto mientras demuestra el mayor de los convencimientos en los dogmas expresados en las letras, como quien tiene la verdad absoluta entre las manos, y haciendo gala de un torrente de voz que le permite además ponerse al entero servicio de su banda y de sus canciones; sabe cuando ponerse salvaje y agresivo, tierno y sentimental, o elegante y refinado. Toda una joyita el muchacho.

 

Empezaron el repertorio con los espectaculares primeros acordes de “Cosmic Game”, y a partir de ahí fueron desgranando los temas de su EP y también otros propios, hasta terminar el principal del concierto con “Ready to dissapear”, movidísimo hit con unas excitantes programaciones. Pero como era de esperar, la gente lo acabó de flipar sobre todo con los bises, versiones del “Debaser” de los Pixies y del “Love for Sale” de los Talking Heads.

En definitiva, un concierto con un notable nivel, donde la banda pudo demostrar su buen hacer y experiencia sobre el escenario, y en el público quien más quien menos se dejó llevar por el ritmo. Sin duda, Electro Rosso pudieron irse con la sensación del deber cumplido.