Nuevo espacio de debate en el Gallo Verde en el que no caben las medias tintas. Sólo hay dos opciones, a favor o en contra. Un gallo verde defiende una postura y otro la contraria. El tema de hoy incendia las redes sociales: Raphael, cabeza de cartel de Sonorama. Aquí están nuestros argumentos. ¡¡Que comience la pelea de gallos!!
EN CONTRA: «La admiración irónica se nos ha ido de las manos» por Juan Manuel Subirán
Ahora que el mercado no deja de darnos por c*** todos los días parece que cualquier tiempo pasado era mejor. Es común en el mundillo de la música alternativa la reverencia por la música de los años 60 y 70 aunque se mete en el mismo saco a los Beatles que a los Brincos.
No voy a negar la influencia de unos músicos sobre otros, pero me niego a aceptar que desde entonces no se haya hecho algo mejor. Por eso no entiendo que se traiga a Raphael como cabeza de cartel de un festival moderno y contemporáneo como Sonorama. Si se quiere venerar la aportación de este artista a la música y cómo ha influido en las bandas actuales, entiendo que se le haga un homenaje, que se proponga a los grupos que se lancen a interpretar versiones suyas llevadas a un terreno más actualizado, pero hacerle protagonista del cartel supone dar por hecho que Raphael está a la vanguardia de la música en España y eso, además de no ser cierto, es injusto para muchos músicos que están haciendo mucho y muy bueno por renovar la cultura de este país.
La admiración, irónica en su mayor parte, por este señor se nos ha ido de las manos. Creo que quienes aplauden su incorporación al cartel lo hacen por el gusto de llevar el esperpento a sus últimas consecuencias sólo porque cuando llevan dos copas de más le gusta que en el bar de «indie» le pongan «Mi gran noche» y cantar el estribillo a gritos, pero luego no se saben ni una canción más. Por esa regla de tres el año que viene Sonorama debería llevar a Rafaella Carrá porque en la barra libre de las bodas a la gente le encanta sacudir la melena al ritmo del «Explota, explota, me expló». Y sí, habrá quien realmente le guste Raphael con admiración sincera, pero creo que tienen el criterio suficiente para entender que meterlo en un festival pop rock veraniego es como echarle ketchup al cocido. Ni viene a cuento, ni pega ni sabe bien.
La organización del festival ha publicado en su Facebook un mensaje celebrando el éxito mediático que ha tenido la incorporación de Raphael al cartel. Leedlo vosotros mismos, pero, desde mi punto de vista, creo que en el fondo hay un deje de querer llamar la atención y conseguir más minutos y páginas en los medios de comunicación. Luego hacen un alegato sobre que Sonorama no es un festival indie y que «nunca lo fue» queriendo dar a entender que tienen carta blanca para programar lo que quieran (por supuesto, faltaría menos). Ya han incluido otras propuestas sorprendentes en el cartel, como Amaral en 2011, que demuestran su libertad de criterio. Sin embargo, sacaron una entrada específica para ver a Amaral, lo que demuestra que sabían que ese grupo atrae a un tipo de público que no es el habitual del festival y que no tienen el más mínimo interés en el resto del cartel. Aunque sea adelantar acontecimientos, si con Raphael hacen lo mismo estarán reconociendo que hay algo que no termina de cuadrar del todo.
A FAVOR: «De vez en cuando hay que ser justos con la historia de nuestra música » por Manuel Domínguez
(Texto diseñado a partir de una recopilación de tuits del hashtag #RaphaelAlSonorama)
Estimado moderno que no estás de acuerdo con la inclusión de Raphael en el cartel del próximo Sonorama, tú que llevas años recorriendo los festivales de verano, tú que enarbolas la bandera de la igualdad de oportunidades en el mercado de la música cada vez que sale el tema, tú que defiendes al público indie como uno de los más cultos, entendidos y respetuosos de la actualidad, a ti te voy a explicar por qué este fichaje es todo una acierto porque es algo que se sublima al propio festival, porque representa una gran estrategia de marketing y porque se trata de un artista que trasciende generaciones. Atiende:
1.- Derribando barreras musicales y mentales.
La confirmación del artista de Linares en Sonorama 2014 no es más que la confirmación de que las parcelas de la música hace tiempo que están obsoletas, la música no es indie o comercial, antigua o moderna, es buena o no lo es, sin más. Además, lo moderno, lo rebelde, lo hipster, lo indie… siempre ha comenzado por sobrepasar ciertos límites o normas no escritas, como la que parece negar esta actuación de Raphael en Aranda.
Menos mal que, por lo que parece, Sonorama aparece como el último reducto de democracia que queda en este país, y es que el poder reside en el pueblo tanto para llevar a un grupo de La Plaza del Trigo al Escenario Principal como para hacer llegar sus más ansiadas peticiones (Raphael lo es desde hace años y ahí están las redes sociales para quien quiera comprobarlo) a la dirección del festival a través de su GENIAL CM.
Lo que pasa es que en España nos gusta mucho cebarnos con los grandes. Así, Induráin se dopaba pero no lo pillaron, lo de Penélope Cruz no hay quien se lo explique y es imposible que Raphael pueda actuar en un festival de verano que se define como «La fiesta de la música» y que ha sido nombrado oficial y oficiosamente como el mejor festival de España.
Resumiendo: Raphael es tan mainstream que alcanza lo indie por detrás.
2.- Golpe sobre la mesa en la «Guerra de Festivales».
El fichaje de Raphael por Sonorama puede considerarse como una de las mejores estrategias publicitarias de los últimos años en nuestro país. Y digo esto porque el día que se presentaba todo un gigante como es el Primavera Sound solo se hablaba de Raphael y el Sonorama Ribera. Y es aquí donde entra esa frase que no por vetusta deja de tener menos encanto (como Raphael): «Que hablen de mí bien o mal. pero que hablen».
3.- No es un artista, es El Artista.
No se le caen los anillos si se compara con Nick Cave, Morrisey o artistas como Omar Souleiman o Caetano Veloso que han actuado o van a actuar en el Primavera Sound. De hecho los supera por la derecha ya que solo hay tres músicos en la historia con un Disco de Uranio: Michael Jackson, el grupo Queen y Raphael. Y si algunos de los anteriores hubiera tenido la oportunidad de aparecer por Burgos me parece a mí que pocas bocas se habrían abierto para decir que no.
Sintetizando: Es posible que nuestro stardom no haya evolucionado de la mejor manera posible pero no por ello se puede despreciar tan a la ligera su trabajo. Figuras como Raphael, Karina, Juan Pardo y muchos otros tienen una cantidad de material tan disfrutable que cerrar nuestros oídos a ello sería un gran error Eso si: