Bienvenidos todos a este nuevo capítulo del podcast de El Gallo Verde
El 1 de mayo de 2008 actuaba en la sala Aftasí de Badajoz Russian Red. Esa fue la primera vez que aparecía ese nombre en nuestro blog y nuestro compañero José Ramón Martínez glosaba este concierto con estas palabras:
“El mimo que puso en sus interpretaciones y la sensación que transmitió de estar frente a algo sencillo pero ejecutado de manera soberbia, hizo que el público se quedase en completo silencio, absortos en la embriagadora actuación. Al final, gestos de asentimiento y aprobación entre los asistentes por la agradable y cálida sensación que deja haber asistido a algo excepcional.”
Russian Red (Sala Aftasí, 1 mayo 08) / José Ramón Martínez
Yo no pude asistir a ese concierto, pero desde entonces las menciones a Russian Red empezaron a ser omnipresentes en la blogosfera indie pop, dando después el salto a los escenarios más mainstream como las páginas del diario El País que la calificó como “nueva musa del pop underground”
Ese mismo año en El Gallo Verde elegíamos su disco “I Love Your Glasses” como el mejor del año. Sin embargo, a pesar de haber sido una artista que tuvo un grandísimo respaldo por parte de los medios, un día se fue a Los Ángeles y desde entonces apenas supimos nada de ella.
No he podido localizarlo, pero creo recordar haber leído una entrevista en la que Lourdes Hernández, el nombre detrás de Russian Red, decía que ella se metió en esto de la música por amor, por gustarle al chicho que le gustaba a ella. Y que, aunque con una persona distinta, cuando encontró la estabilidad amorosa, su interés por la música como industria desapareció, es más ella nunca se consideró música.
Lanzamientos recientes en los que ha colaborado Russian Red me han hecho preguntarme qué había sido de ella después de haber acaparado portadas y titulares durante años. Si, como a mí, os produce curiosidad saber la respuesta a esta pregunta acompañadme en este podcast.
Situemos esta historia en el lanzamiento del que fue su último disco con canciones propias ‘Agent Cooper’, un disco que se forjó ya en Los Ángeles y que suponía, al menos en teoría, un giro hacia el rock de esta artista pero que no convenció a los nuevos públicos a los que iba dirigido y supo a poco a su público habitual.
Supongo que tampoco a ella misma le convenció ya que poco después del lanzamiento del disco se cancelaba la gira internacional que le acompañaba, eso sí, le dio tiempo a actuar en el Contempopránea de 2014 en Alburquerque.
Cuenta el ABC que en un concierto en Seattle a mitad de la tercera canción se dio cuenta de que ya no tenía ganas de cantar, y desde entonces dejó los escenarios.
Lo siguiente que supimos musicalmente de Russian Red fue el lanzamiento de ‘Karaoke’, un disco que muchos pensaban que había sacado por obligación contractual con su discográfica, pero que en realidad era autoeditado y en el que realizaba su peculiar versión de 8 temas que ella sentía como importantes para ella.
Según unas declaraciones de Lourdes a Europa Press, este álbum surge de sus reiteradas visitas, en grupo o en solitario, al Smog Cutters, un dive bar con karaoke en el barrio de Filipino Town. Visitar este local, dice Lourdes, «Me dio arraigo, no sé por qué, resonó en mi de alguna manera y necesitaba irme de karaoke. Así, empecé a tener unas canciones que vivía especialmente cuando las cantaba, y tanto las canté que las quise versionar y grabarlas”.
De ahí sale esta versión del “I want to break free” de Queen. Si alguien quiere interesarse por este disco ‘Karaoke’, en la web de Jenesasaispop hay una reseña que lo desglosa entero, pero sobre la chicha está en los comentarios, que cuentan con mucha más detalle y también con más mala baba lo que hemos señalado hasta ahora de la carrera de Russian Red.
Volvamos atrás de nuevo. Como dijimos, un año antes del lanzamiento de Agent Cooper, Lourdes se mudó a los Ángeles, allí conoció al también músico Zach Leigh, que también se dedicaba a reformar espacios singulares, no en plan Manolo y Benito sino más bien como en los programas estos de Divinity.
Los tortolitos enamorados compraron una iglesia en Ruby Street, en Higland Park y, además de convertirla en su casa, la usaron como espacio para eventos. Según la revista Woman en 2018, aunque hacen todo tipo de actividades en su local, se especializaron en bodas y tenían lista de espera de hasta un año.
Tan bien les fue el negocio que ahora viven en una casa de los años 20 en el barrio de Los Feliz, y plantean ampliar el negocio de los eventos y bodas a otros espacios, o incluso regentar un hotel boutique
Russian Red se dejaría ver de nuevo en España en un celebrado concierto en “Las noches del Botánico de 2019” que fue semilla de algo que veremos más adelante.
Casero es el proyecto en solitario de Gabriela Casero en el que además de referirse a su apellido se dedica a contar historias cotidianas en un formato al que le han colgado la etiqueta de pop de dormitorio. En esta ocasión sacó del anonimato musical a Russian Red en 2020 para cantarle a como revisitamos las relaciones cuando ya se han acabado y cómo nos sentimos por haber dedicado tanto tiempo y amor a quien ya no deseamos.
Llegamos al presente, y lo nuevo de Lourdes Hernández no es un disco, ni siquiera va con el apodo de Russian Red, si no que es un libro titulado ‘These Words Leaving My Body’ en el que según sus propias palabras reúne “poemas, pies de foto de mi cuenta de Instagram, memorias de mi infancia y fotografías tomadas con mi cámara analógica entre mis veinte y treinta. Son diez años de trabajo producido inconscientemente, mientras la ansiedad me impedía valorar que estuviera siendo productiva. Reunir todos estos momentos y retales me ha permitido entender quién ha estado viviendo dentro de mí, pese a mis constantes dudas sobre quién soy y por qué estoy aquí.”
Además, varios medios informan de que Lourdes se prepara para su primer papel como actriz principal en una película dirigida por Andrea Bagney con Gustavo Salmerón como coprotagonista.
“Rutinas Domésticas en 2009” es una colaboración de _Juno (es decir Zahara y Martí Perarnau) con Russian Red que tiene origen en ese concierto en las noches del botánico donde coincidieron del que hablamos antes. La letra de la canción sale de uno de los textos recogidos en el libro de Lourdes y recoge una historia de intimidad y cercanía en una pareja con un formato musical poco habitual pero que crea una atmósfera muy interesante en torno a la importancia de los detalles cotidianos.
Cierre, Lourdes Hérnandez fue una de las primeras artistas de la generación Myspace, del auge de twitter y los blogs, de la multiplicación de la exposición, de las opiniones que nunca desaparecen; obtuvo todos los beneficios de esta situación pero también probó los efectos adversos antes de que las agencias de comunicación y los gurús de las redes tuviesen los manuales para paliarlos. En 2021 volveremos a oír de Lourdes Hernández, aunque quizá no escuchemos cantar a Russian Red.
Y hasta aquí nuestro programa de hoy, Os dejamos con una playlist con lo mejor de la artista según dos de los gallos verdes que más escribieron sobre ella en nuestra anterior etapa: Verónica Fernández y Manuel Domínguez.